jueves, 25 de noviembre de 2010

ROBOTS DE CARNE, SANGRE ,HUESO Y SUDOR AL SERVICIO DE LA SOCIEDAD

 ME PREGUNTABA PORQUE LA ESCUELA FUNCIONABA COMO LO HACÍA, EN TODAS PARTES, LOS MISMOS HORARIOS, LAS MISMAS ACTITUDES DE LOS PROFESORES, EL HECHO DE QUE LOS MAESTROS INSISTIERAN EN ENSEÑAR LOS MISMOS CONTENIDOS ESTUVIERAN PREPARADOS O NO SUS ALUMNOS PARA ASIMILARLOS... MIL VECES ME HE PREGUNTADO SI NO SON CONSCIENTES EN LAS ESCUELAS DEL DAÑO QUE HACEN ABORREGANDO Y COACTANDO LAS CAPACIDADES Y APTITUDES QUE TODOS TENEMOS HACIA UN ÁREA DETERMINADA. ¿ Por qué insistían  e insisten en que aprendieramos la misma mierda inutil todos y cada uno de nosotros? ¿por qué mataban nuestra curiosidad? ¿por qué nos obligaban a obedecer y nos daban tan poca autonomía?, ¿por qué nos cortaban las alas cuando nos salíamos un poco del tiesto?. ahora tras haber estudiado dos años de magisterio, puedo decir que se nos obliga y enseña a hacerlo, el objetivo quieran verlo o no es sin lugar a duda crear individuos con poca capacidad crítica, robots sociales que no rompan el equilibrio del sistema del que somos presos y que se queden en sus respectivos agujeros para que los que los miran desde arriba puedan seguir ahí. SE NOS INSTA A ENSEÑAR VALORES QUE NO HARÁN MÁS QUE CASTRAR LAS CAPACIDADES TANTO INTELECTUALES COMO CRÍTICAS DE NUESTROS ALUMNOS. NO ES NORMAL QUE CON LOS RECURSOS CON LOS QUE CONTAMOS HOY EN DÍA, LAS ESCUELAS NO PRODUZCAN MÁS SUJETOS DE LOS QUE PRODUCE, QUE DESPUNTEN INTELECTUALMENTE.
 La escuela actual es una herramienta de los dirigentes de la sociedad para asegurarse el autoabastecimiento de individuos dóciles que aseguren su perpetuidad y el estatus económico y social de los mejor posicionados. Pérez Gómez se refiere a esto en su artículo como una de las funciones de la escuela, pero con connotaciones impersonales e inintencionadas, es decir, que según él; la sociedad misma (por su organización y por la complejidad de los procesos y relaciones que han de sucederse para que todo funcione como un perfecto engranaje) tiene como consecuencia que los individuos que se adhieren al sistema educativo estatal y posteriormente se integran en la sociedad, se limiten a existir y desenvolverse en ella pasando totalmente desapercibidos, ocupando el lugar que les corresponde; ya sea el de médico, maestro, asalariado o incluso delincuente ( porque hasta éstos son necesarios para el correcto funcionamiento de la sociedad). Todo esto, según este autor, surge espontáneamente, como un acuerdo tácito que el gobierno regula en la medida de lo posible, intentando favorecer la igualdad y el progreso.
La escuela se ocupa de perpetuar la “estabilidad” social, los contenidos que se imparten en ella son un mero formalismo y la prueba más clara de ello es la pretensión de la igualdad de condiciones (que además no se cumple) que frena tanto a alumnos aventajados (en cualquier sentido) como a los más desfavorecidos. Esta herramienta del gobierno (que no necesariamente tiene que ser “el reconocido” oficialmente como tal, sino entendida esta palabra como: los que gobiernan) cumple el papel de apresar a cada persona en un lugar determinado en el que se pueda mover con relativa comodidad para crearle una falsa ilusión de libertad que coarte sus capacidades para cambiar la “jerarquía” o las condiciones de los distintos estatus y el equilibrio general.
En definitiva, la escuela actual, tiene la función única de amansar a la masa popular. De aquí se derivarían sus otras funciones, como la de formar en valores y dar cultura a sus estudiantes o dar la falsa ilusión de igualdad.
Esta función es intencionada y no una consecuencia del sistema social en el que nos desenvolvemos como sugiere Pérez Gómez, transciende más allá de partidos políticos o de la propia democracia. Los artífices de este sistema son obviamente los que más tienen, pues son los que más podrían perder si todo se desequilibrara. Podríamos hablar de la dictadura del capitalismo, concepto que se escucha cada vez más y adquiere día a día más claridad y sentido. Las compañías comerciales y sus dirigentes a lo largo del siglo XX, han transformado el verdadero sentido la palabra democracia para adaptarla a sus necesidades. Una vez hecho esto, el individuo tienen como único fin el consumo, pues ,a través de todo lo que le rodea, se le ha instado, desde pequeño, a abarcar y poseer todos los bienes posibles. Esto le crea la necesidad de ocupar un puesto en la sociedad Para ocupar ese puesto debe estudiar o no (según convenga), para que una vez apresado en un espacio concreto, se mueva lo menos posible y sin desequilibrar a la comunidad. Todo esto ocurre con la conformidad y el sentimiento de libre albedrío, de la persona, intactos.
Mi opinión se fundamenta en que:
-Es obvio que los medios de comunicación nos manipulan (para el consumo y en la opinión)
-Que existan los medios cognitivos y económicos para solucionar la desigualdad en las aulas y no se aprecien cambios sustanciales y significativos en el contexto educativo.
- En que nunca ha habido la más mínima intención de formar a los padres como tales (es curioso que se pida la colaboración familiar desde el colegio cuando se sabe que la mayoría de las familias son incompetentes en este ámbito y que esta incompetencia no se haya intentado solventar de ninguna forma).
-Que se insista en la igualdad en el currículo de contenidos de todos los alumnos y no se contemplen las posibilidades individuales, ni se tenga interés por descubrirlas o desarrollarlas minimamente. Estamos educados para que nuestra primera impresión sobre esta afirmación sea que es lo más justo, pero si lo pensamos por un momento, lo único que logramos con estos métodos es coactar y restringir las capacidades individuales.
-Que todos partamos y afrontemos la vida desde la misma perspectiva: que el triunfo va a llegar y si llega, que aún se puede estar mejor (señal inequívoca de que todos estamos manipulados de la misma manera).
-Las incoherencias de la historia y las situaciones, por ejemplo si antes había menos recursos y ahora hay indudablemente más, y este era el principal motivo que imposibilitaba los estudios superiores en la antigüedad ¿no debería estar el número de estudiantes soberanamente más elevado de lo que está? Descubrimos que “la sociedad”, casualmente, ha desarrollado sus métodos para que prolifere el fracaso escolar y no se desestabilice el sistema.
-Las escuelas se aseguran de que los futuros integrantes del sistema usen aquello que le resultara útil al propio sistema. Por ejemplo el uso de ordenadores y las nuevas tecnologías. No me refiero al aprovechamiento de sus ventajas (pues el televisor y los audiovisuales también tienen sus ventajas y no se le da un televisor a cada alumno) si no a la formación descaradamente apresurada en estos ámbitos para que pueda ser aprovechada lo más rápidamente posible ( si lleváramos esto a debate entraríamos en la paradoja de ¿qué fue antes el huevo o la gallina?)

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